miércoles, 14 de diciembre de 2011

Tu eres mi Esperanza


Yo sé que no te hacen falta
flores para ser vereda
lumbre para ser aurora
fuego para ser la hoguera
luna para ser la noche
noche para ser eterna
agua para ser la nieve
valle para ser la hierba
hierba para ser espiga
de los campos de esta tierra.
Yo sé que no necesitas
que te coronen de Reina
ni que te borden un manto
ni que te vistan de seda
ni que te prendan al pecho
un relicario de perlas
ni un rosario de esmeraldas
ni un retablo de azucenas
ni que te calcen de plata
ni que te ciñan de estrellas
ni que te encarnen el rostro
con amapolas trigueñas.

Yo sé que Tú no me pides
mi amor para ser más bella
mis besos para ser Madre
cetro para ser princesa
manto para ser Señora
ni una corona de Reina
ni un altar para ser Santa
ni una flor para ser bella

Pero aunque no me lo pidas
yo sí quiero que Tú tengas
un manto de seda clara
y un cetro de madreperlas
y una corona de oro
y una toca de pureza
y un altar puesto de nardos
y una ráfaga de estrellas

porque en Triana Tú eres
su jardín y su vereda
y eres su noche y su día
y eres su torre y su puerta
y eres su mar y su nieve
y eres su cumbre y su sierra
y eres su pan y su espiga
y eres su Esperanza eterna
y eres su evangelio vivo
y eres su mujer perfecta

y además de mujer, Santa
y además, su Madre Excelsa
y además de Madre, Virgen
y además de Virgen, Reina
que ha bajado de los cielos
hasta la calle Pureza.

(José María Rubio, Pregón de la Semana Santa de Sevilla, 1991)

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